CONDUCCIÓN AUTÓNOMA

Es  cuando el vehículo toma el control total de la conducción, siendo diseñado para esto, aumentando la seguridad, monitorizando las condiciones de la carretera y siendo capaz de controlar vehículos con pasajeros y otros totalmente autónomos sin ocupantes. El conductor no participa en la conducción en ningún momento.

Es el modo de conducción que consiste en el manejo del vehículo sin el control activo de un conductor cuando su tecnología esté activa. Un vehículo autónomo está considerado como  cuando está equipado con la suficiente tecnología que permita su manejo sin precisar de forma activa el control o supervisión de un conductor, tanto si dicha tecnología autónoma estuviera activa o desactivada, de forma permanente o temporal. Este tipo de conducción puede efectuarse en autopistas de largos recorridos que no conlleven muchas curvas sino que se aplica en sectores rectos.

Cuando la conducción es semi autónoma el vehículo toma el control de la dirección, los frenos y el acelerador, siendo capaz de monitorizar en todo momento las condiciones y requerimientos de la carretera. El conductor queda relegando a un segundo plano en el que es un mero espectador que debe permanecer alerta para tomar el control del vehículo en caso de fallo del sistema.

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